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Thoughts of our Founder

Fray José del Refugio Morales

Reflexión

Reflexión

Tres circunstancias determinan ordinariamente el valor de las cosas de los hombres: las grandes ventajas que se nos pueden seguir; lo poco que las hemos de poseer y finalmente perder la esperanza de volverlas a gozar, si una vez las perdemos.

Pequeño de Belén

Pequeño de Belén

¡Qué obsequio podremos llevar más excelente a la cuna de Belén en aquel día, que nuestro amor y nuestro reconocimiento! Pues éste se esconderá más si fijamos nuestra atención en el amor de ese pequeño Niño hacia nosotros. Desde el principio sin principio de su ser, ya nos amaba. ¡Estupendo amor! amarnos antes de tener ser, cuando aún estabamos en la nada!

Amor a Dios

Amor a Dios

Quien ama a Dios con amor de caridad, que es una verdadera amistad entre Dios y el alma, se alegra de los bienes qe se ve colmado. Le prefiere a cualquier otro bien que se le proponga; le desea aquel bien que le falta, y se duele mucho de las ofensas que le hacen. He aquí los actos de la verdadera caridad: amor de complacencia, amor de preferencia, amor de benevolencia y amor de contrición.

Dios es amor y serenidad

Dios es amor y serenidad

Amor de Dios

Amor de Dios

Dulce Jesús, caridad esencial, fuente inagotable de aquel sagrado fuego que abraza a los ángeles, bienaventurados a todos los escogidos. ¡Desciende sobre nuestras almas con tu espíritu vivificador y aunque te vemos en Belén vestido de nuestras flaquezas, creemos que eres la santidad por esencia y en tu Divinidad, en todo igual al Padre, con el Espíritu Santo.

Amor de complacencia

Amor de complacencia

Ojalá vosotras estéis abrasadas en este amor de complacencia cuando lleguéis a la cuna de Belén, como aquella Virgen que habiendo llegado en breve a concebir tan vivas llamas de caridad, jamás quedaba satisfecho su corazón por el deseo de amarlo más.

El tiempo

El tiempo

El tiempo es corto; más no hay día, no hay hora, no hay instante en que, si se aprovecha bien, no podamos merecer el cielo.

Docilidad

Docilidad

Vuestra docilidad, vuestra fidelidad y vuestra constancia me llenan de gozo. El deseo que tenéis de amar más y más a Dios me llena de gozo. Permaneced firmes en este deseo, arded cuando queráis en él y participadme de ese fuego sagrado para que abrazados de él en nuestra muerte merezcamos la corona immarcesible de la gloria.

Amor al hombre

Amor al hombre

No por otra cosa quiso Dios amarnos tanto, sino porque nosotros le amásemos.

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